Algunas aves, a pesar de poder volar, tienen problemas para desplazarse a zonas más bajas en donde la temperatura es mayor, por eso muchas no salen de sus bosques o ecosistemas en los que siempre habitan y en donde terminan muriendo de sed.
Las aves no tienen sistemas de acueducto con tuberías y llaves mágicas que les lleven agua hasta sus nidos ni reservas de agua mecanizadas a las que puedan acudir en temporadas de sequía como la actual.
Ellas, aunque no necesitan grandes cantidades de líquido como los seres humanos, sufren directamente como el resto de los animales cuando ríos, quebradas y aljibes empiezan a secarse.
Vuelan de rama en rama, de árbol en árbol, de bosque en bosque, buscando su alimento y su agua, la misma que hoy no encuentran y por lo que poco a poco van perdiendo la vida. La situación es grave, así lo entienden Adrián Peña y sus compañeros del grupo de Observadores de aves Provincia de Guanentá, Obagua, quienes sin importar las altas temperaturas están recorriendo las zonas rurales de San Gil instalando bebederos de agua.
Son elementos que han ido comprando con sus aportes y los de otros ciudadanos que viven dentro y fuera de la capital turística de Santander, quienes les han enviado recursos para la adquisición de los equipos.
Los instalan en árboles, pero también en el piso, porque la idea es calmar la sed de todos los animalitos que viven entre las montañas, las fincas y los cultivos.
La iniciativa al grupo de cerca de 15 avistadores nació luego de que en sus recorridos por los espacios naturales empezaran a encontrarse con aves, armadillos y lagartos sin vida, al parecer por sed o por calor. Y es que, hasta peces muertos, como si se tratara de una masacre, han tenido que presenciar en los últimos días.
Ante la falta de interés de las administraciones municipales, de las autoridades ambientales y de la ciudadanía en general, ellos decidieron hacer algo, porque si los seres viven sedientos, los animalitos también.
Los bebederos hasta el momento fueron instalados en veredas como Los pozos, Montecitos Alto y Bajo, Guarigua Alto y Bajo, La Guayaba y La Flora. La próxima jornada se hará en la zona de El Cucharo.
Uno de los hechos resaltados por los miembros de Obagua es la buena recepción de los propietarios de las fincas quienes en su gran mayoría se han mostrado dispuestos a dejarlos ingresar a los predios y a colaborar con la iniciativa, comprometiéndose entre todos a mantener abastecidos a los animales.
Pero todos pueden hacer algo, en el campo y en los cascos urbanos. Instalar bebederos en balcones, ventanas y techos, en donde el agua permanezca fresca, es una acción que cada uno puede realizar. Eso sí, hay que tener en cuenta que los dispositivos no se conviertan en una trampa para que las aves se conviertan en presa fácil de los gatos.