Conozca seis casos de intolerancia extrema que han cobrado vidas en Bucaramanga y su área metropolitana.
La intolerancia extrema en Bucaramanga y su área metropolitana ha llegado a tal punto que durante los últimos meses se han registrado homicidios por absurdas deudas $10 mil, pleitos por un cigarrillos y hasta por la caída de un casco.
El más reciente de estos hechos ocurrió este 9 de octubre, en el barrio Granjas de Provenza, en el sur de Bucaramanga. Allí Jarlinson Castrillón Vásquez, de 26 años, fue asesinado por reclamarle a un vecino suyo por el hurto de una gorra.
En el lugar, se generó una batalla campal entre cuatro personas, dejando además un muerto y a otra persona gravemente herida.
Por cobrar la cuidada de una moto
Gonzalo Viviescas Jaimes, de 28 años, fue asesinado con arma blanca cuando le fue a cobrar a un motociclista unas monedas por vigilar su vehículo en los alrededores de Neomundo.
El crimen ocurrió el pasado 13 de septiembre y aún se avanza en la búsqueda del homicida.
Una tala de árboles
En el asentamiento humano La Gracia de Dios, en el norte de Bucaramanga, la intolerancia cobró la vida de Facundo Amado Amado, de 59 años. Fue asesinado por su vecino Abel Gil Gutiérrez, desmovilizado de la guerrilla de las Farc, por un problema que sostuvieron por la tala de unos árboles en los linderos de los predios.
El hecho ocurrió el pasado 1 mayo y el agresor fue capturado 16 días después.
Ese mismo día, un joven de 16 años fue asesinado en medio de un riña registrada frente a la torre 19 del barrio La Inmaculada Fase I, cerca a la Central de Abastos de Bucaramanga. El motivo del conflicto fue un cigarrillo que la víctima se negó a regalarle a un hombre. El responsable del hecho fue capturado en flagrancia por la Policía.
Por 10 mil pesos
Orlando Bayona Guzmán, de 70 años, perdió la vida el 18 de enero de este año, en el asentamiento humano Villa Esperanza de Floridablanca.
Discutió con un hombre con quien vivía por el pago de un recibo de luz que, por el lugar y las condiciones de su vivienda, no ascendía a más de $10 mil. El adulto terminó siendo apuñalado y posteriormente murió.
Eduardo Santana Bueno, de 46 años, el responsable del crimen, fue capturado después y en julio pasado lo condenaron a 20 años de prisión.
Un casco les cambió la vida
En abril pasado, Ricardo Prado fue condenado a pagar 4 años y 10 meses por asesinar a Héctor Francisco Amaris Nova, de 33 años, por una absurda pelea que inició por la caída de un casco.
Este hecho sucedió el 24 de diciembre del año pasado, cuando Ricardo, sin querer, le tumbó el casco a la víctima en el momento en que se encontraba caminando por la calle 26 con carrera 31 B del barrio El Poblado, en Girón.
Esta acción generó que la víctima fatal, utilizando el mismo casco, golpeara en el rostro al hoy condenado, así como también le lanzó varias patadas.
En respuesta, Prado sacó un arma blanca y le asestó dos puñaladas al hombre de 33 años. Esta riña quedó registrada en video y sirvió como evidencia al momento de imponer la condena bajo el atenuante de “ira e intenso dolor”.