Niños, niñas y jóvenes labriegos, algunos de ellos de sector rural de Piedecuesta, conformaron su propia Escuela de Música, apoyados por los rotarios de Ruitoque. Esta es la historia:

A pesar de que ellos llevan poco tiempo ensayando, ya han logrado sintonizarse con sus sueños y vibraciones artísticas. De hecho, hay que escucharlos interpretando sus instrumentos de viento, de percusión y de cuerda para maravillarse con sus tonalidades. La verdad es que todos estos niños, niñas y jóvenes, residentes en la vereda Colinas, en la Mesa de Ruitoque, están empeñados en conformar su propia banda sinfónica.

47 menores de edad del referido sector rural de Piedecuesta han logrado conformar una agrupación de talentosos músicos que, además de representar a su institución, enriquecen la vida cultural del corregimiento en donde residen. Todos ellos participan de forma voluntaria en este proyecto, demostrando un gran compromiso y dedicación.

Los menores de la vereda Colinas dedican tiempo, dos veces a la semana, a los ensayos musicales.Los menores de la vereda Colinas dedican tiempo, dos veces a la semana, a los ensayos musicales.

Sin importar las precarias condiciones económicas, desde hace dos años ellos han estado conectados con la música con mucha dedicación y disciplina. Para ello, les sacan un tiempo prudencial a su año lectivo y académico y reciben clases los días miércoles y viernes

De acuerdo con Pilar Macías Ramírez, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Colinas, “los padrinos de esta iniciativa son los integrantes de los Rotarios de la Mesa de Ruitoque; además dos jóvenes docentes han sido los encargados de educar las voces y los oídos de los niños, en medio de didácticos talleres de música”.

Ellos son algunos de los jóvenes artistas.Ellos son algunos de los jóvenes artistas.

Sebastián Carrillo y Gabriela Uribe, quienes pertenecen a la Sinfónica de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, son los tutores encargados de orientar los respectivos cursos.

“La idea es ir desarrollando habilidades y descubriendo talentos musicales en los jóvenes, de tal forma que pronto puedan armar su propia banda sinfónica”, dijo Macías Ramírez.

De hecho, con el fin de seguir patrocinando este proyecto, la presidenta del Club Rotario Ruitoque, Judith Serrano, informó que se expedirán unos bonos solidarios, con miras a conseguir los suficientes recursos para que estos menores puedan cristalizar sus sueños.

“Juntos podemos apoyar a los jóvenes artistas. La música es el imán de los sentidos y, sin importar las clases sociales, los niños se pueden unir en un recital de emociones y de aportes al arte”, dijo la dirigente popular.

La Escuela de Música no sólo fomenta el amor por la música, sino que también brinda una formación en valores y en el respeto por el arte. Claro está que los menores también necesitan de los apoyos de los gobernantes y de la comunidad.

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