El desorden y descontrol en Cabecera no ocurre solo en Cuadra Play. En la calle 51 con carrera 36, zona de centros comerciales y zona residencial, el caos reina todos los días en altas horas de la noche, quitándoles la paz a residentes, comerciantes y vecinos del sector.

La presencia de dos establecimientos comerciales especializados en venta de licor y cócteles granizados ha logrado atraer a cientos de asistentes que generan caos y problemas de convivencia: comportamientos indebidos, inobservancia de las normas, consumo de alcohol y sustancias alucinógenas en espacio público, microtráfico, porte de armas, vandalismo, y anarquía.

Esta situación no es un problema sólo de fines de semana; es una situación de todos los días. Estos establecimientos operan todas las noches sin excepción, y sus clientes se toman las calles como si fueran propias. Se requiere con urgencia presencia permanente de las autoridades. Aunque en las ultimas semanas se han realizado operativos importantes, estos no son suficientes: una vez la autoridad se retira, la paz y el control sólo duran unos pocos minutos y todo regresa a la “normalidad” de caos y descontrol. Todo vuelve a ser “tierra de nadie”

Adicionalmente, las autoridades han olvidado algo importante: el entorno. Más allá del evidente problema alrededor de estos establecimientos, hay zonas cercanas como la carrera 37, que por su tranquilidad y escasa iluminación, por tratarse de una zona residencial, se presta para que cientos de asistentes hagan uso indebido de este espacio público. Jardines, antejardines, fachadas, escaleras y entradas de casas y comercios se convierten en sitios de encuentro para hacer sus pequeñas “rumbas”, al mejor estilo de las llamadas “zonas refrescantes”. Cada grupo tiene su carro con musica, ambienta su reunión y consume sus bebidas alcohólicas y psicoactivas tranquilamente.

Esta situación deja como resultado jardines convertidos en baños públicos y calles con rastros de la fiesta: vasos de icopor característicos de los cocteles granizados vendidos en el sector, botellas, empaques de comida, jeringas y muchas cosas más. Además, se han encontrado fachadas vandalizadas y rayadas con grafitis. ¿quién responde?

Una anécdota llamativa: Vecinos del sector, desesperados por los actos indebidos que ocurren en la zona, aprovecharon la presencia de funcionarios de espacio público para solicitar acciones en las zonas cercanas. La respuesta fue desalentadora: “Debe enviarse un derecho de petición para que podamos intervenir”. Parece chiste, pero no lo es.

Unos cuantos operativos no son la solución permanente a esta nueva problemática: son apenas pañitos de agua tibia que alivian la situación por un par de horas, unos pocos días al mes. ¿Tendremos que esperar una tragedia para que las autoridades actúen de manera permanente?

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