Las lluvias permitieron la recuperación del caudal en Las Gachas, por lo que las autoridades del municipio de Guadalupe avalaron la apertura de este sitio turístico.
El escenario natural Las Gachas y otros atractivos hídricos turísticos de Guadalupe, Santander, fueron de nuevo abiertos al público. tras recibir la aprobación del Comité Municipal de Riesgo.
El alcalde Gustavo Franco Gómez informó que las lluvias de los últimos días permitieron una recuperación importante del caudal, por lo que residentes y turistas ya pueden de nuevo disfrutar de los balnearios.
“Invitamos a todos los santandereanos, colombianos y extranjeros para que vivan las grandes experiencias que brinda nuestro territorio”, dijo Franco, resaltando que el cierre se dio por 20 días, resaltando la importancia de seguir trabajando en una hoja de ruta que permita desarrollar un turismo sostenible.
Cabe recordar que durante el cierre de estos atractivos turísticos estaban prohibidas las actividades de inmersión en las quebradas, como parte de una estrategia que buscaba evitar situaciones de afectación a la salud pública, al presentarse aguas estancadas y permitir un descanso a los entornos naturales de las quebradas Las Gachas, La Gloria, El Salitre y algunas cascadas como La Llanera y La Esperanza.
El mandatario expresó que además de Las Gachas, el municipio cuenta con otra serie de atractivos que brindan experiencias diferentes a los visitantes.
¿Cómo llegar a la quebrada Las Gachas?
Ya en el municipio de Guadalupe, hay dos opciones para llegar a Las Gachas; una es por el sitio conocido como ‘El Tirano’ vía a San José de Suaita, y a cinco kilómetros se gira a la derecha, el acceso permite hacer el recorrido en bicicleta todoterreno, motocicleta o un vehículo 4×4.
La otra opción es por la Estación de Servicio de Guadalupe, y se toma un camino destapado, cuyo recorrido a pie es de 45 minutos. Se recomienda usar ropa ligera, no dejar desechos plásticos, no arrojar basura, llevar cámara fotográfica, sombrero y lo más importante estar dispuesto a dejarse maravillar por el paisaje sin igual.