Un joven influencer venezolano encendió su cámara para hacer una denuncia en vivo… pero lo que ocurrió minutos después dejó a miles sin palabras. Las redes estallaron y las autoridades ahora están bajo presión.
Era de noche en El Piñonal, un barrio de calles estrechas y postes de luz temblorosa en la ciudad de Maracay. Eran pasadas las diez cuando Gabriel Jesús Sarmiento, conocido en TikTok como @unleacks, encendió la cámara de su celular para hablar, una vez más, con la comunidad que lo seguía desde distintos rincones de Venezuela y del mundo. Pero esta vez no hubo baile ni humor. Su voz sonaba cortada, cargada de tensión. Sabía que algo iba a pasar. Lo dijo. Lo mostró. Y lo transmitió.
Minutos después, Gabriel fue asesinado en vivo por dos hombres armados que irrumpieron en su vivienda. Tenía 25 años. Su madre fue herida en medio del ataque. Y su audiencia, esa que él mismo construyó desde el dolor, la denuncia y la exposición, presenció, impotente, una de las escenas más estremecedoras que ha visto internet este año.
Gabriel no era un tiktoker cualquiera. No buscaba fama fácil ni likes vacíos. Programador informático de profesión, usaba las redes sociales como un megáfono para denunciar lo que, según él, muchos callaban: extorsiones policiales, redes de corrupción, vínculos de funcionarios con megabandas como el Tren de Aragua y el Tren del Llano. En sus videos, que sumaban más de 90.000 seguidores y cientos de miles de visualizaciones, hablaba con nombres propios. Sin filtro. Sin miedo.
El precio fue alto. Recibió amenazas. Fue detenido a principios de año en la cárcel de La Morita, de donde salió con más determinación que antes. “Si algo me pasa, ya saben por qué fue”, advirtió en más de una ocasión.
El domingo 22 de junio encendió su TikTok en vivo para denunciar un supuesto allanamiento ilegal. “Me están entrando a la casa. El que me llamó del SEBIN, necesito que se presente en la calle JJ Montesinos”, repitió frente a la cámara, con el rostro desencajado. De fondo, una mujer, su madre, gritaba. Lloraba. Y luego, silencio.
Gabriel se levantó para auxiliarla. En ese instante, dos hombres armados irrumpieron. Hubo forcejeo. Disparos. Nueve impactos lo alcanzaron. Y la transmisión se detuvo.
Una muerte que arde en redes y en las calles
Las reacciones no se hicieron esperar. En X (antes Twitter), miles de usuarios compartieron clips, mensajes de duelo, y sobre todo, indignación. “Denunció lo que todos temen y lo mataron por eso”; “La muerte de Gabriel debe sacudir conciencias”; “Lo que transmitió en vivo fue más que un crimen: fue una radiografía del horror que vivimos”, se lee entre los comentarios más virales.
Figuras públicas, activistas y otros creadores de contenido han levantado la voz exigiendo justicia. Algunos comparan el caso con el de Valeria Márquez, la influencer mexicana asesinada también en directo un mes antes, y alertan sobre una nueva y escalofriante tendencia: el crimen como espectáculo digital.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, anunció que la Fiscalía 69 Nacional Contra la Delincuencia Organizada fue asignada para investigar el caso. Aseguró que se esclarecerán los hechos y se dará con los responsables. Sin embargo, muchos se preguntan si es posible investigar a fondo cuando las denuncias del joven apuntaban precisamente a estructuras del poder.
En sus transmisiones, Gabriel mencionó a figuras de peso como Diosdado Cabello, la gobernadora de Aragua Johana Sánchez, y miembros del CICPC y el SEBIN, acusándolos de encubrir a bandas o participar directamente en sus redes delictivas. Denuncias que, hasta ahora, no han sido respondidas por los implicados.
Desde su muerte, el perfil de Gabriel en TikTok ha sido invadido por mensajes de admiración y dolor. Algunos lo llaman “el Julian Assange venezolano”, otros simplemente “el valiente”. Sea como sea, su historia ha quedado grabada en la memoria colectiva como la de un joven que eligió hablar, aun sabiendo que eso podía costarle la vida.