Una mesa congelada con el Eln, divisiones internas entre ‘Calarcá’ en el EMC y las ofensivas de ‘Iván Mordisco’, y un Clan del Golfo fortalecido, que opera como rueda suelta, sirven de marco a un proceso de paz que parece estancado.

A dos años del gobierno de Gustavo Petro, “la Paz Total”, que llegó como una de sus principales políticas, hoy genera más dudas que realidades.

Son tantas las incertidumbres, que varios expertos la califican con adjetivos de “fracaso”, “incompleta” y con grandes problemas para llegar a buen trayecto.

Luego del acuerdo de paz con las Farc se creía que la llegada de un presidente de la izquierda al poder, podía significar una oportunidad única, para detener finalmente el conflicto armado.

Un conflicto al que no se le pudo poner fin en procesos de diálogo anteriores, debido al surgimiento de disidencias tanto en los grupos paramilitares como en los guerrilleros.

A dos años del gobierno de Gustavo Petro, “la Paz Total”, que llegó como una de sus principales políticas, hoy genera más dudas que realidades.

Son tantas las incertidumbres, que varios expertos la califican con adjetivos de “fracaso”, “incompleta” y con grandes problemas para llegar a buen trayecto.

Luego del acuerdo de paz con las Farc se creía que la llegada de un presidente de la izquierda al poder, podía significar una oportunidad única, para detener finalmente el conflicto armado.

Un conflicto al que no se le pudo poner fin en procesos de diálogo anteriores, debido al surgimiento de disidencias tanto en los grupos paramilitares como en los guerrilleros.

“Este es el gobierno de la vida, de la paz y así será recordado”, dijo el 7 de agosto de 2022, el entonces recién posesionado presidente, Gustavo Petro.

Sin embargo, ese impulso que comenzó el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, empezó a decaer con el paso del tiempo por decisiones erradas del Gobierno y desinterés de los mismos grupos armados.

El primero de enero de 2023, en vísperas del año nuevo, el presidente Petro anunció el cese al fuego por seis meses con el Eln y varios grupos armados.

Pero, el mensaje esperanzador se convirtió muy rápido en un problema político, en el que los implicados ni siquiera habían acordado.

Ese mismo año, este traspiés se sumó al secuestro de Luis, el ‘Mane’ Diaz, papá del futbolista colombiano Luis Diaz. Y como esos, hubo muchos otros inconvenientes que empezaron a afectar la política de paz total y a restarle credibilidad.

A pesar de que Rueda salió de su cargo y el Gobierno nombró en su reemplazo como alto comisionado a Otty Patiño, no se ha podido contener el nulo avance en las mesas de diálogo, las violaciones a los ceses al fuego decretados e incluso el aumento de la violencia en las regiones.

Hoy se tiene una mesa congelada con el Eln, divisiones internas entre ‘Calarcá’ en el EMC y las ofensivas de ‘Iván Mordisco’ y unos diálogos con la Segunda Marquetalia que aún está dando sus primeros pasos lentamente.

Tantos han sido los inconvenientes, que el mismo presidente Gustavo Petro aceptó en un discurso, en abril de este año, que “la paz total es un proceso, un proceso más complejo de lo que creíamos”.

Shares:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *