En el papel, los 12 nuevos buses que ‘renacerán’ el Metrolínea comienzan a rodar esta semana. Sin embargo, la duda que existe es cómo estos vehículos van a pasar por las ya destartaladas estaciones.
Aunque la Gerencia de Metrolínea anunció que ya está completa la flota de 12 buses padrones duales que llegaron a la ciudad y que avanza el plan logístico para ponerlos en funcionamiento dentro del Área Metropolitana de Bucaramanga, entre los usuarios reina la incredulidad. La razón: el deterioro y la inseguridad que hoy afectan a buena parte de las estaciones del sistema.
Como se recordará, estos vehículos arribaron tras la firma del contrato de arrendamiento con la empresa Transportes Medellín Castilla S.A., compañía con más de 70 años de experiencia en la operación de transporte público en el Valle de Aburrá.
¿Qué dice el Gerente del Metrolínea?
El gerente de Metrolínea, Emiro José Castro Meza, confirmó a esta Redacción que estos vehículos hacen parte de la implementación del nuevo Sistema Integrado de Transporte Metropolitano, SITME, con el cual se busca mejorar la movilidad, ofrecer mayor cobertura y modernizar la red de transporte público.
“Los doce buses padrones duales ya se encuentran en Bucaramanga. Esta flota es el punto de partida hacia un modelo de transporte más eficiente, sostenible e integrado, en beneficio de todos los ciudadanos del Área Metropolitana”, afirmó Castro Meza.
Agregó que los vehículos ya se encuentran en fase de alistamiento tecnológico, con instalación de validadores de recaudo, GPS y sistemas de comunicación, además de pruebas en ruta y capacitación a conductores.
“Los buses, diseñados para piso alto y piso bajo, podrán operar en diferentes tipos de paraderos, lo cual daría flexibilidad durante la transición operacional”, dijo el directivo.
No obstante, en las calles el optimismo no es igual. Los pasajeros cuestionan cómo funcionarán los nuevos buses si las estaciones continúan en evidente abandono. Durante las últimas semanas, ciudadanos han denunciado que varios portales y paraderos han sido vandalizados, saqueados e incluso incendiados por grupos delictivos que operan sin mayor reacción de las autoridades.
“Es absurdo que lleguen buses nuevos cuando las estaciones están destruidas. No hay ni dónde validar la tarjeta. Todo está en veremos”, reclamó Sandra Rojas, quien era usuaria frecuente del sistema y, según confiesa, “a mí me ha tocado recurrir al mototaxismo para transportarme desde el barrio Estoraques al centro de Bucaramanga”.
Casos recientes reportan el desmantelamiento progresivo de los portales de Piedecuesta y Girón, donde estructuras metálicas, cables, puertas y cualquier elemento con valor en el mercado negro están siendo robados a plena luz del día.
Aunque el Gerente de Metrolínea asegura que aún están operativos el Portal del Norte, la Estación de Transferencia de la UIS y los paraderos centrales de Quebradaseca, San Mateo y Chorreras, así como Provenza Oriental, Central y Occidental, las dudas persisten.
No queremos más promesas. Lo que hace falta es que cuiden lo que queda. Si así están las estaciones ‘funcionales’, imagínese las demás”, expresó José Alberto Duarte, otro pasajero, quien dice haber dejado de usar el sistema por falta de seguridad y las pocas garantías con las que cuenta.
Sin embargo, tal y como lo confirmó el Gerente de Metrolínea, junto con la Alcaldía de Bucaramanga “se avanza en un plan para rehabilitar las estaciones y se busca una donación privada para financiar parte de las intervenciones”.
Pese a esos anuncios, la incertidumbre ciudadana sobre la eficacia de la entrada en operación de los 12 buses nuevos todavía es evidente.
Los usuarios solicitan acciones concretas y no más anuncios oficiales, pues lo que se está perdiendo a diario no es solo infraestructura costosa, sino una solución de movilidad que prometió ser digna y moderna para un área metropolitana que hoy se mueve con dificultades.