El corregimiento El Llanito de Barrancabermeja inauguró la señalización de la Ruta Ecoturística del Manatí Antillano. La iniciativa se presentó como vitrina internacional ante diez agencias de turismo de Europa y América.
La ciénaga El Llanito de Barrancabermeja ha hablado, históricamente, a través de sus aguas y su fauna: en el salto del mico cariblanco entre los árboles, en el canto del chavarrí y en el lento respirar del manatí que frecuentemente se asoma en la superficie. Hoy, esos sonidos se vuelven visibles con la inauguración de la primera señalización ambiental en este corredor biológico del Magdalena Medio.
El pasado sábado 13 de septiembre el conocido ‘pueblito de pescadores’ inauguró la señalización de la Ruta Ecoturística del Manatí Antillano, un lenguaje que, a partir de ahora, propios y visitantes podrán recorrer y leer.
“Esta ruta surge de la necesidad de preservar al manatí, en esa responsabilidad que debemos tener nosotros como habitantes, hijos de pescadores, pero también en esas estrategias y diversificación que hemos visto en el tema del turismo cultural, comunitario y sostenible. Nosotros tenemos un programa especial que se llama Guardianes del Manatí, que en épocas de verano alimenta al manatí antillano y está pendiente de él, le da la primera atención. Lo que queremos es hacer que el turismo sea sostenible”, explicó Yelitsa Potes, lideresa comunitaria del sector.
Reconocimiento al conocimiento ancestral
Las placas instaladas en puntos estratégicos del humedal no son solo carteles informativos; son un reconocimiento al conocimiento ancestral. Durante décadas, los pescadores detectaron dónde descansaba el manatí, dónde encontraba alimento y en qué lugares se dejaba ver. Esos relatos hoy se convirtieron en mapas que guían a los visitantes.
“Es muy importante que estas señaléticas adviertan que aquí habita una especie en riesgo. La responsabilidad de protegerla no es solo de nosotros, los habitantes, sino también de quienes nos visitan”, agregó Potes.
La iniciativa, nacida en el seno de la comunidad, contó con el respaldo de la Secretaría de Medio Ambiente y Transición Energética. Para su titular, Leonardo Granados, este es apenas el primer paso de una apuesta integral por la conservación y el turismo sostenible.
“Establecimos la señalética del recorrido y del corredor biológico del manatí antillano. Queremos que los visitantes reconozcan nuestras especies emblemáticas como el jaguar americano, el mico cariblanco y el chavarrí. No se trata solo de venir a comer pescado, sino de descubrir una biodiversidad maravillosa que tiene nuestra ciénaga de 1.375 hectáreas”, explicó el funcionario.
Así mismo, Granados anunció que el Distrito avanza en proyectos para complementar la señalización. “Estamos trabajando en un sendero ecológico para avistamiento de aves -en El Llanito se registran 242 especies- y en un proyecto de investigación para implementar chips de seguimiento a los manatíes. Eso permitirá reforzar su protección frente a amenazas como los residuos de hidrocarburos, las aguas residuales y la fragmentación de hábitats”, precisó.
La inauguración de la señalización de la ruta del manatí, también se convirtió en un ejercicio pedagógico. Estudiantes de la Institución Educativa Técnica San Marcos del corregimiento El Llanito, recibieron a los visitantes como guías en formación.
La rectora, Luz Mery Corredor Barrios, destacó lo que significa para los jóvenes. “Este espacio se convierte en un laboratorio de prácticas. Nuestros estudiantes deben acreditar competencias en turismo y aquí tienen la oportunidad real de hacerlo. Ganamos todos; los muchachos que se preparan, el colegio que fortalece su pedagogía y la comunidad que visibiliza su riqueza natural y cultural”, relató.
Las cinco señalizaciones, ubicadas en puntos estratégicos como el caño El Deseo, la desembocadura del río Sogamoso y el caño San Silvestre, transmiten mensajes directos sobre la realidad del manatí antillano: advierten sus rutas de tránsito, señalan las zonas de alimentación, alertan sobre los sectores de mayor riesgo (donde al menos 12 ejemplares han perdido la vida), y hacen un llamado urgente al cuidado y la protección de la especie.
Una vitrina internacional del Fam Trip
La inauguración de la señalética también coincidió con el inicio del Fam Trip, un encuentro que trajo a Barrancabermeja a representantes de diez agencias internacionales de turismo, provenientes de Dinamarca, Alemania, República Checa, Suecia, Francia, Estados Unidos y Brasil. Su presencia convirtió a la ciénaga en una vitrina mundial: los delegados son compradores mayoristas que deciden qué destinos entran en los catálogos turísticos de sus países.
El recorrido comenzó en Puerto Yuma, navegando por el río Magdalena hasta internarse en el humedal. En el trayecto contemplaron aves y manantiales y, ya en El Llanito, compartieron con la comunidad pesquera y degustaron su gastronomía tradicional.
“Ellos vienen muy contentos porque es el primer encuentro que tienen con Santander. Están viendo la biodiversidad, no solo en lo paisajístico, sino también en la riqueza cultural que ofrece cada tramo de la ruta: desde el clima cálido de Barrancabermeja hasta el páramo de Santurbán. Eso es lo que maravilla de nuestra región”, relató Leonor Rodríguez, gerente comercial de Santander al Extremo, operador turístico encargado del itinerario.
La comunidad vio en esta visita una oportunidad para mostrar ante la mirada internacional hacia procesos comunitarios de turismo sostenible y cuidado del medio ambiente que, históricamente, han liderado quienes habitan este territorio.
“Lo fundamental es que el turismo se convierta en sostenibilidad para nosotros, para el medio ambiente y para la biodiversidad. Que el mundo venga y vea cómo cuidamos al manatí y nuestra ciénaga, eso nos llena de orgullo”, expresó Yelisa Potes.
El orgullo de la líder resume la apuesta de las comunidades pesqueras de El Llanito; un pueblo que busca conservar sus tradiciones y que confía en que su futuro estará en la sostenibilidad, en la protección de la fauna y en un turismo que respete la biodiversidad.