Desde la administración municipal se estima una inversión de $ 12.000 millones para intervenir la carrera 33. La comunidad se pronunció e hizo algunos planteamientos de este proyecto.
La emblemática carrera 33 de Bucaramanga, afectada hoy por problemas como la congestión vehicular, la usurpación del espacio público y el mal estado del ornato, será intervenida por el gobierno local.
Tras el anuncio del Municipio de incluir a ese corredor en un novedoso proceso de transformación, los vecinos del trayecto vial, adscrito a Cabecera , le plantearon a la administración local algunas sugerencias.
Los allí residentes anhelan tener una carrera 33 ‘caminable’ y, al mismo tiempo, ordenada en su movilidad vehicular. También solicitan que se respeten sus áreas verdes y se siembren más árboles.
De igual forma, quieren una zona bien iluminada, con ajustes en sus pasos peatonales, con paradas inteligentes y, en general, con un mejor aprovechamiento del entorno urbano.
De acuerdo con José Alfredo Vega, edil de la Comuna 12, “tras una reunión que se celebró ayer con la comunidad, se dieron a conocer aspectos claves del proyecto de transformación que requiere esta vía de Bucaramanga. Y, de paso, conocimos la opinión, tanto del vecindario como las de los representantes del gobierno municipal, sobre lo que se debe hacer allí”.
En tal reunión, “los vecinos del sector recalcaron que la carrera 33, que se ha consolidado como uno de los corredores más importantes de la ciudad, hoy es blanco de muchos problemas, tales como: invasiones del espacio público, congestiones vehiculares, inseguridad, daños de su infraestructura, presencia de habitantes en situación de calle y contaminación auditiva”.
La propuesta oficial
A lo largo de los 2,7 kilómetros que tiene la carrera 33, se contempla que se habiliten siete intersecciones “accesibles y seguras”. Este cambio se plantea con el objetivo de mejorar el flujo de vehículos y permitir el paso tranquilo de los peatones.
En ese sentido, según el proyecto formulado, se “recuperarían” los andenes aledaños a estos cruces, lo que significaría la intervención de 1.500 metros cuadrados de andenes.
Como parte de las adecuaciones contempladas se haría la revitalización de sus puentes peatonales, ubicados a la altura de la calle 28, en inmediaciones del Hospital Universitario de Santander, y sobre la calle 63, destinado para la zona escolar aledaña.
El ayer de la vía
Hace muchas décadas, por allá en los años 50, se creía que la capital santandereana jamás pasaría de la carrera 33. De hecho, los arquitectos de la Urbanización Nacional diseñaron, en su tiempo, una peculiar trama de calles radiales y circulares del barrio Bolarquí, tras una forma de rematar el perímetro urbano de la ciudad por el suroriente.
Uno de los primeros edificios en levantarse fue el tradicional ‘Leo’. Para entonces, el tráfico era bien escaso. Después vino la construcción de la primera etapa del Centro Comercial Cabecera, frente a las instalaciones del Antiguo Campestre, hoy Club Unión.
Por supuesto, el rápido crecimiento urbano no demoró en llegar, al punto que la 33 se convirtió no solo en la puerta de entrada de la naciente Cabecera, sino en un exclusivo lugar; el mismo que hoy ‘pide a gritos’ un respiro, en medio de la congestión que allí se evidencia.
Para tener en cuenta: La última vez que la carrera 33 fue remodelada fue durante el gobierno del entonces alcalde, Néstor Iván Moreno Rojas, hace poco más de 20 años.
Dato curioso: En sus inicios a la carrera 33 se le bautizó así: Avenida de Las Américas.
El Top 5 de los problemas de la carrera 33
1. Congestión vehicular: Definitivamente esta vía requiere, con urgencia, de un plan de contingencia vehicular que saque del atolladero a este importante sector de la ciudad.
2. Ventas ambulantes: La informalidad se tomó el espacio público de esta vía de Cabecera. Según estadísticas oficiales, se han logrado identificar 3.550 ventas estacionarias en esa comuna.
3. Invasión: Tanto los conductores de motos como los de los carros particulares habilitan los andenes de la carrera 33 como sus exclusivos puntos de estacionamiento.
4. Predios abandonados: Muchos locales de la vía están convertidos en focos de contaminación y en guaridas de delincuentes.
5. Desorden e inseguridad: Riñas constantes, ventas de drogas alucinógenas y contaminación auditiva son los principales problemas que se evidencian sobre ese trayecto vial.
Su opinión cuenta
Además de estos cinco ‘lunares’, que le dan un mal aspecto a la carrera 33, también debemos denunciar el mal estado de la capa asfáltica, el constante robo de las tapas de las alcantarillas, la presencia de habitantes de calle que arman sus ‘dormitorios improvisados’ allí. ¿Qué otro problema ha identificado usted en esta parte de la ciudad? Envíe su comentario a través de nuestras redes sociales o en este correo electrónico: eardila@vanguardia.com