La victoria se le escapó de las manos a la selección colombiana de fútbol y le dijo adiós a las justas en los cuartos de final.
Un partido de muchas emociones, de subes y bajas, con ilusiones y luego con lamentos, pero con la cabeza alta porque de aquí solo queda orgullo por una selección Colombia que no pierde por camiseta, que juega de igual a igual y que demuestra cada tanto que puede competir con los que, a priori, parecen superiores.
Colombia llegaba con dudas, pues en la fase de grupos no había mostrado su mejor cara. Solamente ganó un partido contra Nueva Zelanda y perdió dos contra Francia y Canadá. Con ese corto historial, pero además por el título mundial de España, la tricolor parecía destinada al fracaso.
Colombia encontró al minuto 12 la ilusión con un gol de Mayra Ramírez, que encontró su revancha tras no poder jugar los dos partidos anteriores por una roja directa en el compromiso contra Francia en la primera fecha. De ahí en adelante, la tricolor mostró concentración, compromiso y solidaridad para sostener el marcador e incluso para aumentarlo.
En la segunda parte, Leicy Santos, luego de un contragolpe en los pies de Linda Caicedo, encontró el segundo tanto al minuto 52. Nadie pronosticó esto, y quizá por eso a España se le complicó el partido, pues debieron preparar todo, menos ir dos goles abajo en el marcador.
La Roja, como indicaba el marcador, tuvo que remar contra la corriente y posicionar su juego en campo rival. Colombia defendió bien, salvo en una jugada en el minuto 79, en la que Kate Tapia, guardameta colombiana, no rechazó bien un balón que estaba controlado por la defensa, y la pelota quedó en los pies de Jennifer Hermoso, quien aprovechó el rebote y anotó el descuento.
Teníamos la victoria en el bolsillo, pero como ha pasado en otras disciplinas, la victoria se nos escapó de las manos sobre el final con un gol de Irene Paredes en los minutos de adición. Nos tuvimos que ir a tiempo extra. Catalina Usme, capitán y líder del equipo, les pidió a sus compañeras concentración y calma para manejar el partido. El poderío ofensivo estaba ya en el banco, así que los 30′ suplementarios eran cuestión de cerrarse y defender de la mejor manera posible.
Finalmente, el partido se tuvo que definir desde el punto penalti. Catalina Usme y Liana Salazar fallaron sus cobros, mientras que las españolas acomodaron siempre el balón al palo de la mano derecha. Estuvo cerca. Nada que reprochar. Colombia le jugó de tú a tú a las campeonas del mundo y demostró cuánto ha mejorado su nivel en el fútbol femenino.