En medio de las tensiones crecientes entre los gobiernos de Gustavo Petro y Donald Trump por el posible anuncio de aranceles, llegará a la Casa de Nariño el encargado de negocios.
Después de la situación que estalló entre Colombia y Estados Unidos este fin de semana por un trino de Donald Trump acusando a Gustavo Petro de ser “un líder del narcotráfico” se están tratando de bajar las tensiones. Este lunes, el presidente colombiano confirmó que se reunirá con el encargado de negocios de la Casa Blanca en Colombia, John McNamara.
Así lo confirmó el mandatario en una entrevista con Daniel Coronell, en la que aseguró que “eso ya es un mensaje de la importancia que tenía Colombia en la mente de Trump que hay que analizar”. Según dijo, en ese encuentro el diplomático estadounidense “trae razones oficiales”.
En todo caso, aseguró que en sus tres años en el poder, “nunca [ha] hablado con un embajador”. Antes de McNamara estaba Francisco Palmieri en el cargo, pero ninguno era la persona designada por el mandatario estadounidense para la representación oficial en Bogotá. Para que eso suceda, tiene que pasar por una votación en el Capitolio, lo que no ocurrió ni en el gobierno Trump ni en el de Joe Biden.
“Personas muy decentes ambos, con ambos he hablado más o menos, los trato de conocer personalmente. (…) Con ambos tengo o tuve buenas relaciones personales”, apuntó el mandatario.
Ante los cuestionamientos sobre por qué Colombia pasa por esta situación mientras Brasil, Chile o México no, aseguró que “los presidentes maniobran”: “Ya veré cómo maniobro yo”.
“No debió poner ningún arancel, porque hay un tratado de libre comercio que violó, igual que han violado todos los tratados internacionales”, indicó.
Esa parte trae a colación una “contrapropuesta” que hizo a la Casa Blanca a través de sus redes sociales. Allí propuso “quitar aranceles a la producción agropecuaria y agroindustrial de Colombia, para fortalecer la producción lícita agraria, invertir en la reforma agraria para que el campesinado pase a tierras fértiles cerca a las ciudades y no adopte la selva como forma de sobrevivencia, estimular los espacios comerciales en EE. UU. para comprar, por contrato a largo plazo, productos agrarios de las zonas de sustitución de cultivos en Colombia”.