Piedecuesta, en cambio, retrocede y presenta las tasas más altas.
Por segundo año consecutivo, Bucaramanga logró reducir sus índices de deserción escolar en el sector oficial, alcanzando un 4,5% en 2024, una cifra que consolida su avance sostenido en la permanencia educativa. En el sector no oficial -que agrupa a los colegios privados- por fortuna la tendencia también fue positiva, con una caída a 2,8%, ubicando a la capital santandereana entre las ciudades con menor deserción del Área Metropolitana de Bucaramanga.
El balance regional evidencia que los esfuerzos por mantener a los estudiantes en las aulas empiezan a rendir frutos, aunque con resultados desiguales entre municipios.
En Girón, por ejemplo, las cifras muestran un avance contundente. La deserción en el sector oficial descendió de 5,5% a 4,4%, mientras que en el no oficial descendió drásticamente de 4,8% a 2,2%, lo que convierte a este municipio en el de mayor reducción del AMB y en el que registra las menores tasas de abandono escolar en 2024.
Floridablanca mantuvo una tendencia estable en el sector oficial, con una tasa de 4,8%, pero logró una mejora notable en el no oficial, al pasar de 6,0% en 2023 a 4,3%. Aun así, sus niveles se mantienen en la franja media de la región: por encima de Bucaramanga y Girón, pero por debajo de Piedecuesta.
El caso de Piedecuesta

La radiografía cambia en este último municipio, donde las cifras generan preocupación. Piedecuesta fue el único territorio del área metropolitana que presentó aumentos significativos en ambos sectores. En el oficial, la deserción pasó de 3,4% a 6,1%, y en el no oficial de 5,7% a 6,1%. Con ello, dejó de estar entre los municipios con mejores indicadores para convertirse en el de mayores tasas de abandono escolar en el AMB.
El comportamiento general muestra que, mientras la capital santandereana y Girón consolidan sus estrategias de retención escolar -basadas en acompañamiento pedagógico, incentivos a la asistencia y fortalecimiento de entornos protectores-, otras localidades enfrentan el desafío de contener retrocesos asociados a factores económicos, familiares y de conectividad.
Así las cosas, el Área Metropolitana de Bucaramanga registra un balance ‘agridulce’: avances notables en dos de sus municipios, estabilidad en uno y retroceso en otro.
Lo anterior, según los expertos, todo esto es un reflejo claro de que la lucha contra la deserción escolar sigue siendo un reto compartido entre los cuatro municipios, pero también una oportunidad para replicar las experiencias exitosas que hoy destacan en la región.