Un informe del Pentágono revela que China está acelerando su expansión nuclear a un ritmo que supera con creces las expectativas previas. Con más de 500 ojivas nucleares operativas en su arsenal, Pekín se prepara para un futuro incierto.
Según un informe reciente del Pentágono, China está expandiendo su arsenal nuclear a un ritmo mucho más rápido de lo previsto, planteando preocupaciones a nivel mundial sobre el equilibrio de poder y la estabilidad global.
El informe detalla que China está superando las proyecciones anteriores sobre la velocidad con la que acumula armas nucleares, lo que ha llevado a la creencia de que está extrayendo lecciones de conflictos pasados, como la guerra de Rusia en Ucrania, para aplicarlas en posibles situaciones relacionadas con Taiwán.
Un punto de alarma importante es la posible búsqueda de un nuevo sistema de misiles intercontinentales con armas convencionales. Si este sistema se desplegara, permitiría a China amenazar con ataques convencionales contra objetivos en el territorio continental de los Estados Unidos, Hawái y Alaska.
El informe anual del Pentágono de 2023 revela que China está en camino de desplegar más de 1,000 ojivas nucleares para 2030, continuando su rápida modernización, en línea con los objetivos del presidente Xi Jinping de tener un ejército “de clase mundial” para 2049. A pesar de estos desarrollos, China insiste en que mantiene una política de “no primer uso” de armas nucleares.
Estos cambios en la estrategia nuclear de China han generado preocupaciones significativas en la comunidad internacional. El informe del Pentágono destaca que China ha aumentado notablemente su arsenal nuclear en el último año, llegando a tener alrededor de 500 ojivas nucleares operativas. Sin embargo, se espera que esta cifra se duplique a más de 1,000 para 2030.
A pesar de este aumento en el arsenal nuclear de China, aún se encuentra por debajo de las capacidades nucleares de Rusia y los Estados Unidos. Según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, Rusia posee alrededor de 5,889 ojivas nucleares, mientras que los Estados Unidos pueden desplegar unas 5,244.
Es importante destacar que el costo de fabricar una ojiva nuclear varía según diversos factores, como el tipo de ojiva y el sistema de entrega. Por ejemplo, el Departamento de Energía de los Estados Unidos está renovando hasta 2,000 ojivas submarinas W76 a un costo de aproximadamente $2 millones cada una. Se estima que la renovación de 400 a 500 bombas B61 costará entre $8 mil millones y $10 mil millones, equivalente a alrededor de $20 millones cada una. El costo total de una ojiva nuclear basada en submarinos se sitúa en aproximadamente $200 millones. Es importante destacar que estos costos son específicos de los Estados Unidos y pueden variar en otros países, sin tener en cuenta los costos de mantenimiento a largo plazo del arsenal nuclear.
En un contexto más amplio, el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) busca restringir la posesión de armas nucleares y evitar su proliferación. Actualmente, el tratado cuenta con 191 Estados partes, pero solo cinco naciones se les permite la posesión de armas nucleares: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. Países como India, Israel y Pakistán han admitido tener armas nucleares sin firmar el tratado, mientras que Sudán del Sur no ha firmado el tratado. Corea del Norte firmó el NPT pero se retiró en 2003, generando desacuerdos sobre la legalidad de su retiro.