Con la declaratoria de emergencia se ha podido garantizar el suministro de agua potable con carrotanques, pero la comunidad de Suaita espera recursos para financiar una solución definitiva.
Uno de los municipios del sur de Santander que más está sufriendo por la escasez de agua es Suaita. Allí, las autoridades municipales declararon la calamidad pública desde el 9 de enero y buscan con urgencia recursos departamentales y nacionales que les ayuden a dar solución definitiva a esta problemática.
Al igual que los habitantes de Barichara, los suaitanos vienen décadas sufriendo por no tener una fuente confiable que garantice el suministre de agua al acueducto local durante las temporadas de sequía.
“Son más de 50 años”, dijo Alonso Pulido, alcalde del municipio, reconociendo que esta es una situación grave que atenta contra el desarrollo y la proyección de una población que, además del casco urbano, tiene cuatro centros poblados, Vado Real, San José, Tolotá y Olival, además de una amplia zona rural que se extiende por 300 kilómetros cuadrados.
En este caso, la crisis la sienten principalmente los 2.500 residentes del casco urbano principal y las veredas aledañas, quienes requieren de dos carrotanques para abastecerse de agua potable.
“Por ejemplo, nos llamaron gente de las veredas Benjamín y Efraín que no tenían ni una gota de agua para el consumo humano y menos para los cultivos y los animales”, expresó el mandatario, preocupado por la realidad que están afrontando y no saben hasta cuándo se va a extender.
Por ahora, los carrotanques llevan el agua para que sea recogida en recipientes en las zonas rurales y para el sector urbano es llevada directamente a la planta y desde ahí entra al sistema de distribución.
Las soluciones
La declaratoria de la emergencia, además de facilitar la búsqueda de ayudas para la aplicación de planes de contingencia, tiene como finalidad llamar la atención del departamento y la nación.
En este sentido, Pulido dijo que hay dos proyectos a los que se les está buscando financiación para el desarrollo de los estudios y, si son viables, la implementación.
El primero, cuya viabilidad dependería de los niveles de agua que sean encontrados, es la perforación de pozos profundos con el objetivo de extraer agua que sea llevada hasta la planta de tratamiento.
La otra opción es la de crear un punto de captación de agua en el río Tolotá, en donde se extraería el agua por motobomba para ser llevada hasta la zona de Alto Amarillo, desde donde bajaría por gravedad hasta la planta de la empresa de servicios públicos del municipio.
Pulido dijo que con el apoyo y la buena disposición que ha mostrado la Gobernación espera llegar hasta las diferentes entidades nacionales, en donde la meta es conseguir los recursos para sacar adelante una de las dos alternativas.