Después de ser presentados ante un Juez de Control de Garantías se les imputó el delito de violencia contra servidor público a los dos hombres capturados por agredir con un casco y una llave de un cepo a dos agentes de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga.

La Policía Metropolitana de Bucaramanga le entregó nuevos detalles a Vanguardia sobre el lamentable caso de agresión e intolerancia social contra dos funcionarios de la Dirección de Tránsito, en hechos que acontecieron el pasado viernes 31 de mayo en el barrio Ricaurte.

De acuerdo con el informe oficial, dos agentes adelantaban labores de control del espacio público en los alrededores de Sanandresito La Isla, en la calle 56 con carrera 17A.

Una camioneta Ford Explorer de placas CXB-246, matriculada en Bogotá, se encontraba en vía pública y a su conductor se le impuso un comparendo por estacionarse en sitio prohibido.

Los funcionarios eran Javier Rivera de 34 años de edad y Eduardo Rentería de 38 años. Mientras se encontraban en ese procedimiento, dos sujetos llegaron en una motocicleta y agredieron a los alféreces con un casco y la llave de un cepo.

“Les propinaron, a uno de ellos un golpe en el cuello y oído izquierdo con un casco y al otro una herida abierta en el ojo izquierdo con objeto contundente, los cuales fueron remitidos a un centro médico”, señaló la Policía.

Con el apoyo de la comunidad, los uniformados lograron las capturas de los dos agresores por el delito de violencia contra servidor público, en la carrera 17 B con calle 54.

Se tratan de Maikel Daniel Delgado Bonilla, de 22 años de edad de nacionalidad extranjera, y Sergio Steven Ferreira Daza de 20 años, colombiano.

Quedaron en libertad

Los dos capturados fueron presentados ante un Juez de Control de Garantías que una vez terminadas las audiencias concertadas se les legalizó la captura, se les imputó el delito de violencia contra servidor público, pero quedaron en libertad y no aceptaron cargos.

De acuerdo con la abogada Flor Alba Cely de Vera, representante de los agentes de tránsito, por tratarse de un delito con una pena de prisión menor a cinco años, no hubo medida de aseguramiento.

“Yo le pedí a la Fiscalía que se agregara las lesiones personales agravadas, sin embargo, faltan algunas pruebas que son las valoraciones médicas ya que uno de los agentes aún está a la espera de una cirugía. Recobran la libertad, pero siguen vinculados a un proceso y deben presentarse cuando la autoridad los requiera”, indicó la abogada.

El agente Javier Rivera permanece a la espera de una cirugía en su ojo izquierdo por una grave lesión en la retina tras recibir el golpe con la llave de un cepo.

El otro alférez, Eduardo Rentería, fue incapacitado por tres días, se encuentra en su casa, tras recibir golpes con un casco de motocicleta en el oído y en el cuello.

“Yo voy a pedir en la acusación se cambié la calificación del delito porque son hechos muy graves”, indicó Flor Alba.

 

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