Así como la controvertida ‘Epa Colombia’ destruyó con un martillo parte de una estación de TransMilenio en Bogotá, durante las protestas sociales, en Bucaramanga también se han registrado actos vandálicos. ¿Qué tanto castigan a quienes atentan contra el mobiliario urbano en la capital santandereana?

La reciente condena a Daneidy Barrera Rojas, más conocida como ‘Epa Colombia’, por los delitos de instigación a delinquir con fines terroristas y daño a la propiedad ajena, sacó a la palestra un problema latente en diversas ciudades del país: el vandalismo hacia los bienes públicos. Recordemos que la controvertida Barrera Rojas ‘se fue lanza en ristre’ con una de las estaciones del transporte masivo de la Capital de la República. (Ver video)

En Bucaramanga esta problemática no es ajena, pues se ha registrado un aumento preocupante en los actos de daño contra el mobiliario urbano: bancas, bolardos, farolas, medidores de servicios públicos, en fin…

Cestas de basura, paraderos de buses, estaciones de Metrolínea, casetas e incluso las recientes obras del Plan Centro también han sido el blanco perfecto para los vándalos.

Se robaron la tapa de este contador del acueducto. Dirección: Carrera 13, entre calles 34 y 35, de Bucaramanga.Se robaron la tapa de este contador del acueducto. Dirección: Carrera 13, entre calles 34 y 35, de Bucaramanga.

En un recorrido hecho por este diario encontramos que docenas de muros están ‘rayados’, hay postes averiados, se ven bancas de parque estropeadas e incluso se detectan semáforos fuera de foco por culpa del vandalismo.

Un análisis reciente reveló que, aunque las sanciones a quienes cometen estas faltas existen, son insuficientes para frenar el fenómeno.

Las autoridades municipales han indicado que los bienes afectados son numerosos y, en muchos casos, los responsables no son identificados o evaden la justicia, lo que genera un clima de impunidad que incentiva nuevas infracciones. Total: el mobiliario urbano se encuentra en constante riesgo y lo peor es que los responsables de tales actos devastadores no son sancionados.

Estos daños no solo afectan la estética de la ciudad, sino que también representan un costo significativo para las arcas municipales, pues la restauración y el mantenimiento de esos elementos recaen sobre el presupuesto público.

Lya Mora envío una foto que da cuenta del daño que registra un bolardo, recientemente instalado en la calle 37 con carrera 12.Lya Mora envío una foto que da cuenta del daño que registra un bolardo, recientemente instalado en la calle 37 con carrera 12.

Líderes comunitarios exigieron mayores controles y campañas de sensibilización para preservar los bienes públicos: “La educación ciudadana es clave para cambiar tales conductas. Necesitamos generar un sentido de pertenencia hacia nuestra ciudad”, comentó Jhon Vega, líder de la Comuna 12.

En conclusión, el caso de ‘Epa Colombia’ no solo deja una lección sobre las consecuencias del vandalismo, sino que también debe servir como punto de partida para reflexionar sobre la protección del espacio público en Bucaramanga.

Este llamado debe movilizar a ciudadanos, autoridades y colectivos sociales hacia un esfuerzo conjunto para preservar y respetar los elementos que embellecen y facilitan la vida en la ciudad.

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