Luego de un recorrido realizado por Vanguardia, se evidenció que hay docenas de vías que están afectadas por la ocupación ilegal que generan las filas de taxis, motos y carros particulares.
Las largas filas de taxis, motos y carros particulares sobre puntos claves de la meseta se han convertido en verdaderos ‘cuellos de botella’ y hoy hacen parte de las principales causas de la congestión vial en el área metropolitana.
Tales ocupaciones ilícitas se ven en los alrededores de los centros comerciales, en las afueras de los hospitales y de las clínicas; también están por los lados de las estaciones de buses y en general en decenas de lugares generando más caos vial.
Lo más grave es ver tales ocupaciones indebidas en intersecciones viales importantes, como la carrera 27, la calle 56, la carrera 33 e incluso la carrera 15.
La falta de cultura ciudadana, sumada a la poca planificación urbana, el crecimiento desordenado de la ciudad y la ausencia de controles contribuyen a la formación de estos particulares ‘cuellos de botella’.
La congestión vial no solo provoca retrasos en los desplazamientos, sino que también impacta negativamente en la calidad de vida de los ciudadanos, aumentando el estrés y la contaminación ambiental.
De acuerdo con el director de tránsito de Bucaramanga, Carlos Enrique Bueno Cadena, “durante los últimos meses la entidad tiene habilitada la patrulla de la movilidad que se enfoca, de manera específica, en estos puntos”.
Especificó que se ha adelantado un riguroso operativo de vigilancia y control en otras arterias como la calle 45, justo en donde se inicia el carril exclusivo del Sitm, a través del cual acceden los vehículos de servicio público hasta el ‘corazón’ de la capital santandereana.
Recordó que incluso se están implementando ayudas tecnológicas, entre ellas las cámaras móviles y fijas, para tratar de despejar las vías.
Explicó que con los taxistas se ha hecho una tarea pedagógica, pero no todos acatan las normas.
No obstante, Bueno Cadena advierte que su equipo de agentes se ha encargado de despejar varias de las áreas referenciadas, de tal forma que se desenreden tales ‘cuellos de botella’.