El exjefe paramilitar será recluido en la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá. En su contra, hay varias medidas de aseguramiento.
Salvatore Mancuso esperó solo a aterrizar en Colombia, en calidad de deportado de los Estados Unidos, para compartir una carta tras su llegada al país. En dos páginas dice que se llena de “sentimiento y emociones” en su retorno a Colombia. Advierte que “a pesar” de las medidas que cursan en su contra, está dispuesto a comparecer ante la justicia y cumplir con los compromisos de contar la verdad.
Dijo que renunció a los “intereses” de protección internacional y explicó en tres razones por qué lo hizo. En primer lugar, aseguró que los “vacíos y riesgos” para sus garantías procesales de estar sometido a dos jurisdicciones –JEP y Justicia y Paz–, son mecanismos “legítimos” para un punto de cierre en el conflicto armado, por lo que se pone a disposición de la justicia.