La medida se toma dos semanas después de la clausura pedagógica que se hizo de cuatro de estos lugares que, al ser visitados en una jornada de control, no presentaron los documentos legales requeridos para su funcionamiento.
Un primer paso para regular el funcionamiento de los mal llamados ‘negocio del amor’ o casas lenocinio dio la Alcaldía de San Gil. En una reunión sostenida entre los propietarios de estos negocios y la Secretaría de Gobierno, se acordó que mientras se define el traslado de estos lugares del centro del municipio, solo deberían funcionar como bares destinados a la venta y consumo de alcohol.
La medida se toma dos semanas después de la clausura pedagógica que se hizo de cuatro de estos lugares que, al ser visitados en una jornada de control, no presentaron los documentos legales requeridos para su funcionamiento.
Orlando Quintero, secretario de Gobierno local, quien ha estado al frente del tema, dijo que el acuerdo incluye a los siete propietarios que estuvieron y los cinco que no estuvieron en la reunión (para un total de 12). Es decir, que a partir de ahora los negocios dedicados a la venta de servicios sexuales no podrán funcionar en el centro histórico de San Gil, por lo menos no de la forma en que lo venían haciendo.
La medida obligaría a las autoridades y a los propietarios a cumplir con lo establecido en un fallo judicial de 2019 (confirmado en segunda instancia en agosto de 2021), además de lo dispuesto en el nuevo Plan Básico de Ordenamiento Territorial, PBOT, el mismo que la actual administración anunció que demandaría.
Dicho proceso definió que las casas de lenocinio como negocios de alto impacto no pueden estar en la zona urbana y la administración municipal debe trazar un plan de acción en favor de la comunidad, pero también de las mujeres que se dedican a esta actividad.
Alfred Garay, inspector de Policía de San Gil, dijo que en su despacho reposan ocho procesos contra dichos negocios por el presunto incumplimiento de las normas legales para su funcionamiento, pero el problema que se ha presentado es que durante las visitas no se había logrado comprobar que efectivamente fueran burdeles porque “cuando llegaban a mirar, las habitaciones estaban cerradas”.
Este problema se habría solucionado con una visita de inspección realizada hace pocos días por funcionarios de la Secretaría de Salud de Santander, quienes comprobaron que los establecimientos se usan para la venta de servicios sexuales, confirmó Garay.
En la tarde de ayer, en un consejo de seguridad citado por la secretaría de Gobierno sangileña para tal fin, se tenía previsto definir los procesos legales que se emprenderían para hacer cumplir la norma.
Cumplen o se cierran
Quintero fue claro en afirmar que los negocios que incumplan con lo establecido en el encuentro serán sellados.
Sin embargo, la tarea no es nada fácil, teniendo en cuenta que el número de negocios existentes (12), y que esta es una actividad que durante décadas se ha desarrollado en la zona y ha ido en crecimiento.
El secretario de Gobierno afirmó que se está trabajando de forma conjunta con la Policía, con personal identificado y planes de inteligencia para verificar que no continúe el auge de la prostitución. Si se comprueba la continuidad de la actividad, se harán operativos con todos los organismos del Estado como Ejército Nacional, CTI, Fiscalía y demás.
En una próxima reunión que se espera tener con los propietarios se les definirá cuales son los lugares de la zona periférica a los que podrían trasladarse.
Frente al impacto social, el funcionario municipal dijo que desde otras dependencias se trabaja en un plan de acción para brindar nuevas opciones a estas mujeres de las que se desconoce el número.