Durante la llegada del primer carrotanque con agua a la escuela de la vereda Guarigua Alto, padres de familia y voceros de las juntas de acción comunal, manifestaron su preocupación por la realidad que afrontan y que no saben cuánto tiempo podrán soportar.
Aunque las autoridades sangileñas hacen esfuerzos para garantizar el acceso al agua a las comunidades más afectadas por el verano, las comunidades siguen exigiendo respuestas más rápidas y de mayor cobertura.
Ayer, durante la llegada del primer carrotanque con agua a la escuela de la vereda Guarigua Alto, padres de familia y voceros de las juntas de acción comunal, manifestaron su preocupación por la realidad que afrontan y que no saben cuánto tiempo podrán soportar.
María Luisa Sandoval, presidente de la junta de acción comunal reconoció la importancia del recurso hídrico que fue entregado a la escuela, en donde los alimentos para los 23 niños durante la primera semana de clases se prepararon con agua que estaba guardada en el tanque desde del año anterior.
La preocupación es que no saben hasta cuando va a durar. Eso sí, están seguros de que le darán el mejor uso posible a los 5.000 litros dejados a los menores y de nuevo volverán a usar el baño que estaba fuera de servicio por falta del líquido.
El recurso hídrico se entregó después de que el pasado 9 de enero de la presidente de la JAC presentara una solicitud a las autoridades municipales y de las peticiones hechas por la docente de la institución, Esperanza Rivero Vásquez, ante Acuasan y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Municipio, hasta finalmente ser escuchada este jueves por el secretario de Gobierno, Orlando Quintero, despacho del que se habría ayudado a solucionar el abastecimiento.
A la espera de que nuevamente el carrotanque visite la institución, las 134 familias residentes de la vereda esperan que el agua llegue a todas las casas esta semana.
No es suficiente
Si bien son la vereda que más apoyo está recibiendo para afrontar la sequía, los carrotanques enviados con agua en las últimas dos semanas solo han alcanzado para abastecer a 40 de las 134 familias que residen en la vereda, expresó Sandoval.
Aunque las autoridades sangileñas hacen esfuerzos para garantizar el acceso al agua a las comunidades más afectadas por el verano, las comunidades siguen exigiendo respuestas más rápidas y de mayor cobertura.
Ayer, durante la llegada del primer carrotanque con agua a la escuela de la vereda Guarigua Alto, padres de familia y voceros de las juntas de acción comunal, manifestaron su preocupación por la realidad que afrontan y que no saben cuánto tiempo podrán soportar.
María Luisa Sandoval, presidente de la junta de acción comunal reconoció la importancia del recurso hídrico que fue entregado a la escuela, en donde los alimentos para los 23 niños durante la primera semana de clases se prepararon con agua que estaba guardada en el tanque desde del año anterior.
La preocupación es que no saben hasta cuando va a durar. Eso sí, están seguros de que le darán el mejor uso posible a los 5.000 litros dejados a los menores y de nuevo volverán a usar el baño que estaba fuera de servicio por falta del líquido.

El recurso hídrico se entregó después de que el pasado 9 de enero de la presidente de la JAC presentara una solicitud a las autoridades municipales y de las peticiones hechas por la docente de la institución, Esperanza Rivero Vásquez, ante Acuasan y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Municipio, hasta finalmente ser escuchada este jueves por el secretario de Gobierno, Orlando Quintero, despacho del que se habría ayudado a solucionar el abastecimiento.

A la espera de que nuevamente el carrotanque visite la institución, las 134 familias residentes de la vereda esperan que el agua llegue a todas las casas esta semana.
No es suficiente
Si bien son la vereda que más apoyo está recibiendo para afrontar la sequía, los carrotanques enviados con agua en las últimas dos semanas solo han alcanzado para abastecer a 40 de las 134 familias que residen en la vereda, expresó Sandoval.
Magaly Serrano, una adulta mayor que vive en su pequeña casa con su hija y nieto, dice que viven del agua que les regala un vecino y las bolsitas que compran a $3.500. Para ella y su familia bañarse es una actividad que hacen ahí “como pueden”, porque el tanque que tienen para almacenar el agua está totalmente seco desde hace más de 15 días.
Sandoval expresó que cada familia está recibiendo 1.600 litros de agua y ya pasaron 15 días desde que se hizo la carga a las primeras familias. “Necesitamos que nos garanticen el acceso contante al agua, no podemos seguir dependiendo de convenios”, puntualizó la vocera comunal.
“Ya no tenemos ni con que hacer el agua de panela (…) Miren esta vereda como estamos sufriendo, unas familias más que otras, sobre todo en donde hay niños”, expresó Olinda López, una de las madres de familias que no sabe cómo hacer sin agua, porque hace ocho días le llegó la última gota por la tubería y el carrotanque aún no se para frente a su vivienda.
Mauricio Jiménez Jiménez, concejal del sector rural de San Gil, dijo que esta es una oportunidad para hacer un llamado a las comunidades sobre la necesidad de cuidar las fuentes hídricas y a las entidades responsables de vigilar esta tarea a implementar una estrategia efectiva de cuidado ambiental.
La solución definitiva para esta población rural llegaría con la infraestructura mediante la cual Acuasan – la empresa de servicios públicos de San Gil – le vendería el agua al acueducto de Barichara, pero como los afectados dicen, hay que esperar…