Opinión de Antonio José Díaz Ardila.

La Mesa de Los Santos o de Jéridas, en los municipios de Los Santos y Piedecuesta, se ha consolidado como un polo inigualable de descanso, turismo y vivienda, gracias a décadas de esfuerzos de ciudadanos con gran espíritu cívico como Zoilo Santamaría, Alejandro Galvis y Leonidas Gómez, entre otros, que han acompañado a los alcaldes, gobernadores y empresarios en enormes inversiones, destacándose la pavimentación de la vía central, la carretera desde el Bwey, el teleférico y parque de Panachi y en general la infraestructura turística y los acueductos para enfrentar el problema de la escases de agua. Pero sin duda el principal hecho económico ha sido la avicultura, importante generador de empleo y de producción, no sólo de huevos y carne, sino de gallinaza y pollinaza, que son los excrementos de las aves, abono que ha contribuido a que estas áridas tierras tengan hoy abundantes árboles, plantas y cultivos.

Un paisaje tradicionalmente árido, seco y de escasa arborización que hoy ha tenido una positiva transformación, que nos permite afirmar que el desarrollo de La Mesa ha estado acompañado de un mejoramiento ambiental. La Mesa de Los Santos hoy es radicalmente diferente a la que conocimos hace cincuenta años.

Sin embrago ha surgido un problema relativamente fácil de solucionar, si las dos Corporaciones Autónomas Regionales: la CDMB, con sede en Bucaramanga, que maneja la zona de Piedecuesta y la CAS, con sede en San Gil, responsable de Los Santos, trabajan de manera coordinada para orientar a las comunidades y aplicar las normas, para lograr que el abono que producen los animales, se le dé tratamiento de secado adecuado: técnica de compostaje. Igualmente en el manejo de las basuras.

La Federación Nacional de Avicultores -FENAVI- ha sido clara que no son sólo los pollos o gallinas los causantes de la plaga de moscas, también hay porquerizas, caballerizas, caprinos, conejeras, etc. que se suman al pésimo manejo de los residuos sólidos en cientos de viviendas y restaurantes. Injustamente generalizamos y afirmamos que “la culpa es de los pollos”.

Las plagas de moscas, como las sufrida recientemente, motivó una airada manifestación de residentes. Descartemos la represión y sellamientos sin antes promover información, educación y acuerdos. Aplicar comparendos educativos y luego sí, las multas, para lograr los controles establecidos en la Ley, logrando una convivencia entre los turistas, residentes y visitantes, con los empresarios. FENAVI debe coordinar un acceso financiero a los pequeños productores para el manejo de desechos animales, con alas plantas de compostaje.

El problema es ya tan conocido, que en una protesta sobre el mismo tema en Zapatoca, una valla indicaba: “No queremos que nuestro municipio sea como la Mesa de Los Santos”.

Shares:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *